El Gran silencio
El Gran Silencio se creó a finales de los ochenta con el nombre la Zona del Silencio. Cano Hernández y sus compañeros de la secundaria formaron esta banda, apasionados por la música. Grabaron varios demos influenciados por la música rupestre, siendo “Al calor del fuego” uno de los más importantes.
No fue sino hasta 1991 que el hermano mayor de Cano, Tony, se sumó a la banda como director musical y les cambió el nombre a El Gran Silencio, en homenaje a Rockdrigo González, pues el nombre anterior estaba registrado.
La alineación entonces estaba conformada por Cano en la guitarra y voz, Tony en la guitarra, voz, samplers y sintetizador; Papo Hernández en armónica y el Comas en la boteria, que era como llamaban a un set de percusión hecho de un bote de cartón donde guardaban ropa sucia, un jarro de los frijoles y demás utensilios del hogar con los cuales se podían hacer ritmos.
A la entrada Tony, quien ya contaba con experiencia en bandas de rock, el sonido de la agrupación dio un giro al incluirse sonidos eléctricos y samplers de películas, dándole vida a una serie de demos importantes para el grupo en su etapa inicial. Se llamaron El reino de las sombras, Después de la muerte, La muerte niña y El Dofos, este último, fue un material subterráneo valioso para los fans, ya que su estuche era muy peculiar: una bolsa sorpresa de papel de estrada y antifaz para recordar. Cada casete de El Dofos era único, ya que sus tapas estaban doradas a mano por Cano y Tony. El arte del disco era hecho totalmente a mano, dándole un valor muy especial. Con este material rompieron récord de ventas en las tiendas locales de música, con más de 10 mil casetes vendidos. El Dofos hoy en día es un demo muy valorado por los fans del grupo y se volvió coleccionable.
En 1994 se incorporó a la banda Julián Villareal en el bajo, instrumento que nunca habían tenido. Un año más tarde salieron del grupo el Comas y Papo. En 1995 entró Ezequiel Alvarado, ahora sí en batería, cambiando el sonido del grupo por uno más aguerrido y fuerte. Se reeditó El Dofos y se agregaron dos temas.
El Gran Silencio se volvió una de las bandas más representativas de la región, con llenos totales y conciertos con una dinámica propia. Salieron de Monterrey y visitaron la república mexicana tocando en los lugares más conocidos del rock en el país.
En 1998 grabaron su primer disco para la compañía EMI Music, llamado Libres y locos, producido por Andrés Levin. La respuesta del público fue muy buena al tener altas ventas, lograr el disco de platino. Después, bajo la tutela de Stuard Coppeland (The Police) y su compañía Ark 21 y Silent Songs, se editó Libres y locos en Estados Unidos con mucho éxito. De ese álbum se desprendieron sencillos “Como no sabemos amar”, “Decadencia”, “Libres y locos”, “Tonta canción de amor”, “Con sangre del norte” y “Dormir soñando”, un clásico de la banda.
Tras este disco, la agrupación despegó muy rápido y ganaron reconocimiento mundial como una de las bandas subterráneas globales latinas. Esto los llevó a presentarse en Francia, en el Festival Trans Musicales de Rens, siguiendo su gira por España y Alemania.
Para el 2000 lanzaron Chantamos Radio Poder, producido por ellos mismos y bajo la tutela de Rick Rubin, con quien entablaron amistad y les ayudó a tener una visión diferente del manejo de la banda. Con éste lograron disco de oro y el platino. Entre otros temas contuvo “Cumbia lunera”, “El retorno de los Chúntaros”, “Circulo de amor”, “La Chicana” y el éxito “Chúntaro Style”, otro clásico de la banda. En Europa, las dos producciones con EMI salieron bajo el sello de Virgin Records.
En el 2006, El Gran Silencio abandonó la industria musical discográfica y se volvió una más de las agrupaciones subterráneas, con una dinámica diferente en el trabajo de promoción y publicidad. Sacrificaron un público efímero, derivado de generación de modas y se quedaron con un nutrido público de fieles seguidores. Sacaron sus discos de las tiendas y se retiraron del mercado convencional. Replantearon su carrera usando las presentaciones en vivo y las redes sociales como sus plataformas de promoción.
En esta nueva etapa se editaron cuatro discos más, Superidim internacional, Comunicaflow Underground, Vi-vo y Revolusound contra sistema.
Con su nuevo manejo, el grupo ahora tiene más presencia en América Latina y es considerada una de las bandas importantes del rock mestizo junto a Fabulosos Cádilacs, Auténticos Decadentes, Manu Chao, Negu Gorriak, Fermín Muguruza, Macaco, Amparanoia y Che Sudaka. Han visitado Japón, Alemania, República Checa, Holanda, Bélgica, Italia, Portugal, España y Francia. Han recorrido casi todos los festivales importantes del mundo, como Coachela, Pole Pole, Colour of Ostrava, Rock the Bells y Vive Latino, logrando posicionarse como una de las bandas latinas más importantes de los últimos años, a pesar de no contar con el respaldo de una discográfica y de un aparato de promoción en medios de comunicación.
Hoy, El Gran Silencio prepara tres discos al hilo y trabaja con canciones sueltas llamadas ‹‹piezas perdidas››, destinadas a sonar por la red en los sitios de música del mundo
Fuente: “60 años de rock mexicano” – González, Rafael
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